Nadie sabe a que sucesos se enfrentará en el futuro ni como estos afectarán su vida. De modo que estar listos para encarar eventos imprevistos marcará la diferencia en muchos sentidos.
Las dificultades son parte de la vida. Por consiguiente, lo mejor que podemos hacer para enfrentarlas es prepararnos.
Veamos cuatro casos en los que un seguro de vida brinda protección.
DEUDA HIPOTECARIA
Al otorgar un préstamo hipotecario, el banco exige contratar una póliza de vida para garantizar la recuperación del capital si fallece el deudor.
Esto beneficia a los familiares del prestatario quienes tendrían que asumir la deuda si este muriera y no existiera una póliza de vida.
En aquellos casos en los que la suma asegurada exceda la deuda contraida con el banco, los beneficiarios recibirán la diferencia.
SOCIOS DE UNA EMPRESA
Los socios de una empresa pueden contratar una póliza de vida por el valor de las acciones que corresponde a cada socio. De modo que si muere alguno de ellos, el valor de las acciones que reclamarán los familiares del difunto se obtenga de la póliza de seguros y no del capital de la empresa.
COMO PLAN DE AHORRO FUTURO
De cara al futuro, una persona puede planificar su jubilación siguiendo un plan de ahorro sistemático mediante una de las modalidades de los seguros de vida.
Desde la entrada en vigor de la póliza, el asegurado aporta una cantidad de dinero mensual que aumenta con el tiempo. Tras alcanzar cierta edad, generalmente 65 años, la persona podrá disponer de la cantidad ahorrada.
SOSTÉN DE HOGAR
Casi siempre que fallece el proveedor de una familia los sobrevivientes sufren las consecuencias. En especial los niños pequeños y la madre si no trabaja.
No pasará mucho tiempo para que los acreedores llamen a la puerta y pregunten quién pagará las facturas pendientes. Esto es muy estresante, sobre todo, cuando la situación nos toma por sorpresa y no contamos con ahorros u otras fuentes de ingreso.
Según el capital contratado, la indemnización que proporciona una póliza de vida permite a los beneficiarios saldar deudas y replantearse como seguirán adelante con sus vidas.
Eso incluye iniciar un negocio, costear los estudios y la manutención de los hijos, sufragar la medicación o tratamiento de alguien o sencillamente pagar los servicios de luz, agua, gas, teléfono y alquiler (si fuera el caso) durante mucho tiempo.
Hay variedad en los seguros de vida. En todos los casos es obligatoria la cobertura de fallecimiento, aunque pueden complementarse con coberturas opcionales.
Puede contratarse como empresa o particular. Y cuando la suma asegurada supera el límite establecido por la compañia de seguros será necesario someterse a evaluación médica.
En conclusión, los eventos ocurrirán y nos afectarán. Podemos reducir su impacto si tomamos medidas pertinentes.